La primera clase de la facultad fue un verdadero horror. Aunque, en honor a la verdad, debo reconocer que fue mucho mejor que muchas de las que hasta ese momento había recibido. Creo que esa experiencia tan desilusionante se debió a que entré en la carrera como quien entra en una pastelería: te lo quieres comer todo. Luego asumes que, si lo haces, te empachas. Esa clase se abrió con ‘¿Qué es la literatura?’ y ahora, en tercero, seguimos sin responder la maldita pregunta. Así que hoy, como primera y nueva entrada en este blog más bonito (porque en El otro lado de La Isla hacen su trabajo demasiado bien), os haré esa misma pregunta. No me juzguéis, es que veo que acabo la carrera y yo sigo con este reconcome.
¿Qué es la literatura?
A cambio, os contaré unas cuantas cosas porque esto no deja de ser una Curiositeca y tampoco tengo mejores horarios de sueño. En la mudanza más larga de la historia se movilizaron (bueno, no ellas solas, sino que se cargaron en treinta camiones) doce casas victorianas de San Francisco. Es cierto que solo fue un kilómetro y en 1974 pero no por eso deja de ser una proeza. ¿Os imagináis la de cajas que tuvieron que empaquetar?
Estoy segura de que si yo hubiera sido una de esas personas (que por cierto, ahora muchos aseguran que una de esas casas es donde se grababa Padres forzosos) hubiera muerto enterrada en ellas.
De hecho, cuando entré a bachillerato, lo hice con una mudanza reciente. Solo veía cajas por todos lados así que no pude hacer un trabajo de historia. El profesor me preguntó por qué no lo había hecho y yo le expliqué mi desafortunado traslado. Me miró fijamente y dijo: “Una mudanza es lo peor que te puede pasar, no hace falta que hagas el trabajo”. Las mudanzas aterrorizan, después de participar en varias, puedo llegar a entenderlo.
El término mudanza viene del latín y significa cambio, sin embargo, en danza se refiere a una serie de pasos que forman una unidad reconocible, en música servía para denominar a la nota Sí, antes de su nombre actual. La verdad es que nadie nace sabiendo su propio nombre, las notas, por ende, no van a ser menos.
Fue Guido D’Arezzo, un monje benedictino considerado el padre de la música, quien nombró a las notas musicales, inspiradas en las sílabas iniciales de unos versos: «Ut queant laxis», atribuidos a Pablo el Diácono. Es cierto que estas notas solo pertenecen a nuestro sistema, el anglosajón tiene otras y aunque parezca increíble, las toman del griego. Sus notas van desde la alfa (A) a la gamma (G) donde alfa sería el equivalente a ‘la’.
En realidad, yo os venía a contar otra historia, pero viendo que me he liado y hablo de música, os relataré curiosas historias sobre ella. Por ejemplo, una vez el famosísimo John Lennon daba un concierto en Inglaterra donde había asistido hasta la familia real de Inglaterra. A Lennon no se le ocurrió decir otra cosa al acabar una de sus canciones, que pedir aplausos a los de las localidades más baratas. Los que tenían dinero, que solo movieran sus joyas. Esto creó polémica, pero no tanto como la supuesta homosexualidad de Wagner por escribirle a su querido amigo Nietzsche en una carta que estaba en su corazón, entre su propia mujer y el perro. No veo a mi hermana diciendo que me quiere igual que a su gato, porque obviamente, a él le quiere más.
Los Beatles también se ve que eran unos grandes amantes de los animales, ya que en el final de la canción ‘A Day in the Life’ está grabado un silbido ultrasónico que sólo escuchan los perros. Este lo grabó MacCartney para su perra ovejera, Martha.
Estas historias musicales son interesantes, pero ¿sabíais que cuando tiras de la cadena, en la mayoría de los inodoros suena un mi bemol?. Lo cierto es que estamos rodeados de música porque como dice Rhodes:
“Gracias a la palabra música tendremos algo universal, algo emocionante, algo intangible e inmortal”.
Bueno, ya sé que falta poco para que me digáis ‘Imsómnica, estamos en un blog de literatura’ y os daré la razón, pero es que el mundo de la literatura y el de la música están íntimamente ligados, sólo hay que ver la enorme cantidad de canciones que se inspiran en personajes de novelas o las personas que deciden hacer ambas. Una artista y programadora de Nueva York llamada Hannah Davis ha llevado esa relación un paso más allá con TransProse, un software que analiza textos y convierte su contenido en una serie de pautas para realizar una composición musical generada por ordenador. Imaginad escuchar vuestros libros favoritos, o incluso ir a un concierto de alguno de ellos. Ya sé que esto parece imposible, pero recordad lo que dijo J.L. Borges que decía Víctor Hugo: ‘toda biblioteca, es un acto de fe’ y si es La Curiositeca, aún más.
Terminando ya os contaré qué va a pasar conmigo. He decidido que no solo quiero llevar La Curiositeca (a este paso, le quito el blog a Cuentalibros) así que he pensado hacer algo más que ya veréis. Así que, por desgracia, me tendréis dentro de dos meses con otro apéndice en esta biblioteca. Sin embargo, no todo van a ser malas noticias: El jueves último de cada mes tendréis algo mío (alegraos o llorad, lo que os salga de dentro). Hasta entonces podéis seguirme, darme la tabarra o aportar ideas en alguna red social (completamente nuevas y vacías, pero las iré llenando con citas de libro o anécdotas de carrera).
¡Nos leemos!
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12 Comments
Sí, sí, a Cuentalibros le vas a quitar tú el blog, ni con un ejército de Insómnicas podrías. Pero sí, tú trae cosas que suenan interesante. Eres una lianta. Me has hecho ir a la cisterna a apretar el botón pero el dictado musical se me daba tan mal como cantar, así que no te puedo decir qué nota ha salido. Cuentalibros debió avistarte que rara vez aprende uno en la universidad lo que quiere así que no te extrañes si al terminar sigues sin saber la respuesta.
Me parece guay lo de traducir los libros a lenguaje musical, es curioso, jeje, pero no tanto como leerlos.
Un beso, ladronzuela de espacios cibernéticos.
Todas necesitamos a esa amiga que hace que vayas a tirar de la cisterna a ver si suena un mi bemol. Yo soy una de esas.
Cuentalibros me avisó de eso! pero no la creí. Al final va a ser que hay que hacerle caso a las hermanas.
Con lo de la música es como con las adaptaciones a pelis: Es divertido, pero el libro siempre es mejor.
Un abrazo, nos leemos <3
No me hables de cajas que yo no estoy de mudanzas, estoy de obras… Y entre cajas, muebles y polvo, a veces no sé si entrar en mi casa o dormir en la calle… Pero dejo de desahogarme y te comento… Me ha encantado la entrada, con esa mezcla de libros y música, tan relacionados siempre. Y esas anécdotas que no conocía… Siempre es un placer leerte!
Besotes!!!
Creo que las obras tienen algo peor que las mudanzas y es, aunque me encante la música, el ruido. Y desahógate mujer, que también tenemos nuestra parte psicológica.
Es un placer que te guste, nos leemos c:
Ah, pues nada, yo encantada de tenerte por aquí, por allá y por donde haga falta. Sobre qué es la literatura, prefiero no contestar, básicamente porque no soy el oráculo y no tengo respuesta clara, y porque creo que es un tema tabú a añadir al listado de política y religión en la mesa. Por lo demás, una entrada muy curiosa, a tono con el rinconcito donde se aloja. De los Beatles sí conocía las anécdotas (me he tragado todos los documentales y artículos habñidos y por haber). Y sobre la música…es terapéutica, neceaaria, imprescindible. Un besote y hasta la próxima.
Es más polémico el tema literario que decidir si nos gusta más batman o superman. Aunque yo lo tengo claro. Respecto a lo de los Beatles, oh gran maestra jedi, hínco la rodilla madre de Enzo.
Un beso! Nos leemos 🙂
PD: No sé cómo he podido olvidar comentar sobre las mudanzas…aquí una que tiene un máster (5), aunque gracias a Dios he dejado de prácticarlas de momento.
Esos masters deberían estar vetados, pero al menos así tienes experiencia!
Voy a hacer como Ro y no me voy a mojar en el tema de qué es la literatura, jeje.
Me ha encantado el comentario del profesor sobre la mudanza: ¡muy grande! Y muy solidario.
Besos! Y hasta la próxima 🙂
Ojalá más profes así.
Un beso, nos leemos!
Me he perdido algo. Luego te pregunto que esta entrada me desorientó. Besos
Vale, pregunta cuando y cuanto quieras 😉 Besos