Sigrid Undset

Posted: 29 octubre, 2014 by Marilú

En la actualidad hablar de conciliación familiar está a la orden del día pero a Sigrid Undset le pilló de primeras y esto es un tema que siempre me da que pensar, por otro lado, según vamos ahondando en su biografía e independientemente de sus convicciones, me parece una persona de un valor y fortaleza admirable. Veamos:

Sigrid Undset nace en Dinamarca (Kalunborg) el 20 de mayo de 1882 pero a los dos años su familia se traslada a Noruega. Un hecho determinante en su vida fue la muerte de su padre en 1989, un reputado arqueólogo, por esta causa abandonó los estudios y no pudo acceder a la universidad. Por el contrario hizo un curso de secretariado y en cuanto tuvo edad legal colaboró económicamente en casa trabajando como secretaria en una empresa de ingeniería. Hablamos de alrededor de  los dieciséis años, a una edad como esta, en un tiempo como aquel se puede entender como representante del tipo de mujeres emancipadas (en aquel momento) por percibir un salario. Este empleo lo mantuvo hasta 1905.

A partir de este año comienza a volcarse más en esa labor literaria pero también a interesarse por el mundo de la pintura y con este propósito viajó a Roma, ciudad donde conocería a Anders Castus Savartad, un pintor, no podía ser de otra forma. Este señor tenía dos hijos y como cabe esperar terminaron casándose en 1912. Las mieles dejaron de ser tan dulces con su primer embarazo, por el que se sintió obligada a renunciar a seguir pintando. Dependía de su marido y su condición de esposa implicaba ciertas renuncias personales y profesionales. Para colmo de desdichas en 1919 su marido la abandona embarazada de su tercer hijo y dejándola con los dos anteriores (hijos de otra mujer) total, cinco.

En lugar de amilanarse se traslada a una finca campestre en Lillenhammer (de vuelta a Noruega) y se dedica a sus labores durante el día y por la noche y fines de semana ¡a escribir!.

Afectada por la situación de la mujer moderna comenzó a participar en movimientos de debate político sobre la mujer. En 1924 (con 43 años) se convierte al catolicismo, lo cual le supuso fuertes críticas en su país (protestante y antipapista). Fue en esta época donde mayor fue su producción literaria, al igual que su implicación con el derecho de la mujer y la libertad religiosa. Tres años después (con 46) recibe el Premio Nobel de Literatura (1928), sobre todo por la fuerza moral de sus obras históricas. Poco después presidiría la Sociedad Noruega de autores.

En 1940, con la muerte de dos de sus hijos y con la segunda guerra mundial de fondo se marcha a Nueva York, implicándose activamente en contra del nazismo. No será hasta el cese del conflicto bélico que regrese a Noruega, cuatro años después fallece en Lillenhamer el 10 de junio de 1949, tenía 67 años.

A grandes rasgos debo decir que su primera novela data de 1907 (La señora Marta Oulie) donde se introducía en el espinoso tema de la infidelidad femenina. Las siguientes se centraron en la mujer trabajadora (Jenny; Las mujeres sabias), sin embargo se consideran su obra cumbre una trilogía histórica ambientada en la Edad Media, donde nos cuenta la vida de Kristin Lavransdatter (La corona, 1920; La señora, 1921 y La cruz, 1922).  Después de convertirse al cristianismo escribe El señor de Hestviken. Las últimas obras que publicó fueron Ida Elisabeth (1932); La esposa fiel (1936); Madame Dorothea (1939), Los años más largos -una autobiografía- (1934) y una biografía de Catalina de Siena, publicada póstumamente. 

La paciencia es una virtud calumniada,

quizá porque es la más difícil de poner en práctica (Sigrid Undset)

Escritoras Únicas mes de octubre:

Cazando estrellas: Gertrude Stein

Lo que leo, lo cuento: Djuna Barnes

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