
Ten presente que las cosas que te metes en la cabeza están ahí para siempre, dijo. Quizá deberías pensar en eso.
Algunas cosas las olvidas, ¿no?
Sí. Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.
Uno de mis propósitos lectores del presente año es rescatar libros y para ello no me hace falta salir de casa. En mis estanterías coexisten novedades, antojos, regalos y sobre todo, acumulación, algo de lo que no me enorgullezco ¿habrá cosa peor que tenerlos ahí sin que nadie pose la vista en sus letras? Como me parece una mezquindad, estoy en ello. En este cebado grupo está Trilogía de la frontera (de la cual solo leí el primero) y estaba, pasado, La carretera que se traslada al estante de The Sunset limited. Organizada la biblioteca hablemos de la novela.
«Ojalá mi corazón fuese de piedra.»
Nos encontramos con un hombre y un niño en un paraje desconocido una noche oscura. No sabemos a ciencia exacta que ha sucedido pero el mundo ya no es lo que era. Es invierno, puede que octubre y la región es “árida, silenciosa, infame”. No sabemos y con el “querer saber” nos desplazamos. Como punto de referencia existe una carretera. El clima agrede, el frío insiste y el sur promete. Nuestros protagonistas ponen rumbo a ese sur indeterminado.
Estamos ante una lectura sin pausa ni capítulos. Una narración ininterrumpida en la que los diálogos se diseminan a frases cortas y dando por entendido. Además prescinde de conectores, florituras e incluso guiones de acotación, apuesta por la precisión milimétrica y por su estilo “libre”. Eso sí, desconocido el lugar requiere que nos pongan en situación, las descripciones se hacen presentes con frecuencia. Inspeccionamos casas, barcos, gasolineras; buscamos refugio, comida, humanidad. Cormac McCarthy configura una desolación, nos pone tristes, nos desespera pero aún con el peor de los pronósticos nos insufla fe.
La carretera es una historia de confianza, la que puede depositar un hijo en su padre y la que inspira el amor. Suena a ñoñería extrema pero no encuentro otra verdad en este libro. El ser humano parece que ha metido la pata hasta el fondo, el mundo es un lugar casi inhóspito y temible. El encuentro con los demás supone peligro y ante semejante panorama solo nos queda el vínculo, la relación, ese padre y ese hijo y una pregunta, qué dejaremos cuando no estemos.
Y luego, ya a oscuras: ¿Puedo preguntarte algo?
Naturalmente.
¿Qué harías si yo muriera?
Si tú murieras yo también querría morirme.
¿Para poder estar conmigo?
Sí. Para poder estar contigo.
Vale.
Emoción predominante: Tristeza, no me pongan mala cara, la tristeza también es necesaria.
Para cuando quieras explorar otros territorios (ahora lo llaman salir de la zona de confort)
Títulos relacionados:
- Entra dentro de las novelas postapocalípticas. Una del panorama nacional que se inspira (entre otras) en esta es: La lluvia de Ionah (Santiago Pajares).
14 Comments
Por suerte leí este libro hace exactamente ocho años y unos meses y bien que me alegro porque me gustó y me impactó, era una mujer fuerte por aquel entonces. Los humanos para meter la pata yo creo que no tememos fondo pero creo que nunca llegaremos a ese extremo, hay mucha gente buena por el mundo que no lo consentirá, espero.
Tanto como para una relectura no fue. Y digo yo, que ¿si ya estás triste y lees un libro triste, te pones más triste aún o en realidad te causa indiferencia? Estoy de acuerdo contigo en lo de la tristeza, es que a veces toca y ya está, parece que ahora es delito estar triste o sentirse mal.
Besitos alegres (por llevar la contraria)
A los humanos mejor no ponerlos a prueba en esto de meter la pata , podemos ser muy habilidosos.
Creo que leerlo de nuevo hace que te detengas en los momentos clave, no la descartaré como relectura.
No creo que un libro triste te haga estarlo más, si consigues leer un libro en ese estado seguramente te desvincules de tu drama para empatizar con el de la lectura, por lo tanto sería beneficiosos. Estar triste es necesario, significa que algo hemos perdido pero también que algo nos importa.
Alegría de besos
Tristeza… Sí, este es el sentimiento que me despertó también este libro. Y pesimismo. No veía esperanza por ningún lado. Me gustó mucho este libro, pero lo pasé mal.
Besotes!!!
A mi me gustó mucho porque salvando que es ficción, te hace darte cuenta de las cosas que pasamos por alto. Una pena en parte útil.
Besotes
¿Ñoñería? ¿El amor de un hijo por su padre, su adoración por él? ¿Ñoñería, por qué? Podemos desparramar todo tipo de sentimientos y emociones hacia los animales, pero si hablamos de seres humanos, ¿es ñoñería? Hay cabida para todo. Estoy de acuerdo con que el ser humano a metido la pata hasta el fondo y una de esas meteduras es la de avergonzarse de sus sentimientos por otros seres humanos. La apunto; no estoy para muchas tristezas, pero la apunto. Abrazos.
Cuando uno se centra más en las emociones e incluso, se deja llevar (emociones entendidas como muestras de vulnerabilidad) a la gente le da por hablar de ñoñerias, por mi parte no hay nada en contra, hay eso, humanidad. Estoy totalmente de acuerdo contigo, avergonzarse de los sentimientos por otro ser humano es meter mucho la pata 🙂
Un abrazo
HA METIDO… HA… METIDO. Cielos santo, qué errata se me ha escapado tan garragal ;(
Incluimos la H -no se ha visto, jajaja- (a veces pasa que uno se deja letras por colocar)
Este libro es de los eternos pendientes para mí también. Hace tiempo que tengo puesto el ojo en el título, pero ni siquiera me he hecho con un ejemplar todavía…
Me alegro de que te haya gustado.
Besos!
Para mi ha sido uno de los eternos pendientes en la estantería, así que puedo entender que ande entre la cola de los futuribles en tu caso. Gracias por pasarte, Narayani.
Besos
Hola preciosa.
Qué bueno volver a leerte. No conocía este libro, es decir, sí me sonaba el título pero no había leído ni la sinopsis. Solo con las citas compartidas ya te hubiera dicho:» me has convencido», pero además el argumento me gusta y sí, como tú, la lista de lo que hay en las estanterías es brutal. Este año se me ha ido de las manos y he comprado más que nunca, muchísimos euros. Debería hacer como tú e ir dando salida a tantos títulos acumulados. Te envidio si lo estás consiguiendo.
Besazos.
Hola guapa
Este verano estoy intentando hacer algunos rescates de la estantería, se cuelan otros, para que engañarnos pero algo sí que he recuperado. Es que resulta difícil resistirse a la tentación librera pero ahí vamos.
Respecto a La carretera, no es que quiera engrosar tus filas pero es un imprescindible. Ya tu decide para cuando pero que tienes que llegar en algún momento, te diría que sí 🙂
¡Besotes!
Creo que la tengo por casa pero solo he visto la película. Eso sí, la recuerdo perfectamente. Besos
LA película no la he visto pero si tan vívido tienes el recuerdo debió de ser de las que impactan.
Besos