Apegos feroces (Vivian Gornick) 

Posted: 16 enero, 2018 by Marilú

Sexto piso, 224 páginas

Dos mujeres caminan por Manhattan, son madre e hija y en esos paseos todo vuelve, los recuerdos del pasado y los reproches en presente. Vivian Gornick nos abre la puerta de su casa para definir qué significa apego feroz. 

De un bloque de pisos con veinte apartamentos la autora recuerda mujeres, esta es la perspectiva: conoceremos el desarrollo de la pequeña Vivian, la concepción matrimonial de su madre y los esquemas vitales de su vecina, Nettie.  

Nada hay de intrascendente en los cruces de escalera, en una mirada fija o un comentario intencionado. La cuestión es como Gornick empasta el conjunto de anécdotas, les da soporte y espolvorea la narración en continuas analepsis, sin perder brío, con soltura, con un tono a veces socarrón. Te deja seca.  

Estas memorias rezuman esa sustancia pegajosa a la que llamamos identificación. Aquello de leer algo y sentir apelación directa, no tanto por los hechos que suceden sino por las emociones que suscita. La pequeña Vivian descubre observando y la pregunta es ¿quién no?  

Es relevante como esa comunión con el vecindario, la vida de puerta a puerta, evoca fragmentos que adquieren sentido para ella mucho tiempo después. Es relevante para mí que adoro lo cotidiano.  

Mamá, ¿te acuerdas de la señora Kornfeld? Cuéntame esa historia otra vez, y ella se recrea contándomela de nuevo. (Lo único que odia es el presente en cuanto el presente se hace pasado, comienza a amarlo inmediatamente).  Cada vez que cuenta la historia, es la misma y también es completamente distinta, porque cada vez que la oigo soy más mayor y se me ocurren preguntas que no le hice la última vez.

Conócete a ti mismo 

Dicen que no terminamos de conocernos y esta retrospectiva viene a refutar ese algo: los modelos operantes internos, una teoría sobre como los lazos afectivos con nuestros cuidadores principales influyen en el desarrollo y madurez del adulto.  

No obstante, no solo aprendemos de niños, la sociedad y lo que se espera de nosotros también incide en las decisiones que tomamos de adultos. Por ejemplo, en la vida de esta madre y en la idea rígida respecto a que exista otra opción, porque cualquier “otra” resulta “subdesarrollada”.  

La cuestión es que un día Vivian (y nosotros) nos levantamos con edad nueva, requerimos otra meta y apostamos por el modelo distinto, que no por distinto menoscaba pero sí que desafía. Así, en un infinito de tensiones más o menos tensas, los pulsos te permiten crecer.  

Esta relación madre-hija es un espejo donde plantarse, una mirada introspectiva, el paso iniciático que das con dudas, entre lo que te dijeron, lo que viste, lo que finalmente decides que es. Una de esas lecturas que construyen un refugio frente al temporal.  

La infelicidad está tan viva hoy en día. […]

Ese es el primer paso, mamá -digo con suavidad-. La infelicidad tiene que estar viva para que suceda cualquier cosa.

Emoción predominante:  Familiaridad 

Para cuando necesites recordar quien fuiste 

Títulos relacionados: 

  • El club de los mentirosos (Mary Karr) Otras memorias publicadas en castellano no hace mucho. Distintas, obviamente, pero con un fuerte impacto de la figura materna. 

12 Comments

  • Norah Bennett 16 enero, 2018 at 11:27 am

    No sé por qué me había hecho idea de que este libro era más complicado de sentir. Después de leerte me parece que no es para tanto el drama ni se llevan tan mal, aunque claro, después de la lluvia igual es que ahora todo me parece soleado. El caso es que la idea me gusta, que sé que no se llevan del todo bien como esas madre-hijas de algunas historias que parecen hermanas pero creo que las podría entender y salir con bien de la lectura.
    Lo de encajar lo que nos cuentan y lo que nos enseñan en la infancia con la realidad adulta, a veces es como tratar de encajar una pieza equivocada de puzle a martillazos.
    Salvo contraindicación expresa, me apunto.
    Besos de nieta con zapatos nuevos plateados.

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    • Marilú 17 enero, 2018 at 2:34 pm

      Antes de leerlo pensaba que era algo más descorazonador, no le faltan sinsabores pero no va por ahí. Esta relación creo que tiene ese punto de codependencia por la que se apellida feroz, hablando de lazos familiares se podría cubrir un gran espectro de opciones (esta es una).
      De pequeños aprendemos un modo de relacionarnos, es lo que tiene ser humanos y sociales, la cuestión es como influye esa forma de relacionarse con lo que somos de adultos. Nadie dijo que fuera sencillo. Es un libro a recomendar sin problema.
      Beso de abu como niña con zapatos nuevos

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  • Buscando mi equilibrio 16 enero, 2018 at 2:02 pm

    Qué reseña más bonita, MArilú.
    Me lo han regalado, y aunque no lo he leído todavía, tengo la certeza de que voy a disfrutarlo.
    y la verdad que esta editorial tiene unas joyas de la pera.
    Ya comentaremos.
    BEsos.

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    • Marilú 17 enero, 2018 at 2:38 pm

      Gracias guapetona, qué buen regalo entonces. También creo que lo vas a disfrutar, hay mucho de sensibilidad y observación en este librito, cosas que me consta que aprecias en las lecturas.
      Totalmente, los de sexto piso afinan 😉 Comentamos.
      Besitos

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  • Margari 17 enero, 2018 at 12:08 am

    Uys, pues contándomelo así, me has tentado. Y mucho. Y leyéndote se me ha venido esta canción a la cabeza y ahora no me la quito, no me preguntes por qué: https://www.youtube.com/watch?v=0xrMc6ZGs1w
    Besotes!!!

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    • Marilú 17 enero, 2018 at 2:43 pm

      Es un gran libro Margari. Me ha encantado que traigas una canción, muchas gracias. La escena en la que habla con su madre y le pide que le cuente de nuevo historias pasadas le va como anillo al dedo, qué acertada has estado 🙂
      Besitos

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  • Marisa G. 17 enero, 2018 at 6:35 pm

    No conocía la editorial y por extensión tampoco el libro… pero para eso estás tú. Sinceramente me parece una propuesta la mar de interesante… Madres e hijas, has tocado un tema para mí en plena efervescencia. Si yo te contara. Creo que me gustaría leer este libro. Besos

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    • Marilú 24 enero, 2018 at 10:12 am

      Es la misma editorial que Del color de la leche (ambos han ganado el premio de libreros de Madrid), la verdad que dos títulos estupendos.
      En concreto esta relación me parece de una reflexión y profundidad necesaria, cuantas cosas se van acumulando y qué bueno pararse a mirar.
      ¡Besos!

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  • Carla 18 enero, 2018 at 5:33 pm

    En mi última visita a la librería, éste estuvo entre la pila de libros que me recomendó la librera, pero fue otro el elegido. No lo descarto porque en general tanto lo que me contó ella como lo que has contado tu me anima.
    Besos

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    • Marilú 24 enero, 2018 at 10:10 am

      A mi me ha parecido una gran lectura Carla, no cae en la sensiblería pero tiene mucha profundidad los momentos y los recuerdos. No lo descartaría.
      Besotes

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  • RO 21 enero, 2018 at 9:19 pm

    Pues pese a tu reseña tengo mis dudas. Lo tenía en el punto de mira, y luego he empezado a tenmer mis dudas, y ahí ando, me imponen las historias madre-hija, lo confieso. Un beso!

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    • Marilú 24 enero, 2018 at 10:02 am

      Es una maravilla Ro, déjate de imposiciones que no llega la sangre al río.
      Un beso

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