
El inicio de esta novela resulta esclarecedor para entender el dilema que plantea. Un profesor explica en clase la situación del país en el que residen, Azerbayán cuya capital es Bakú. Un lugar donde coexisten georgianos, musulmanes y armenios. En la zona fronteriza del Cáucaso, entre Asia y Europa, los hijos de esta tierra tendrán sentires y posiciones dispares. Si a ello unimos el inicio de la primera guerra mundial y la revolución rusa, el panorama promete ser agitado cuanto menos.
Sus protagonistas dan título al libro. Alí Kan es un joven aristócrata musulmán educado en las tradiciones de su familia y cultura. Nino es una chica cristiana y princesa. Ambos se conocen y aman desde jóvenes, arriesgándose a desafiar sus diferencias.
Algunos estudiosos piensan que la región situada al sur de la cordillera del Cáucaso pertenece a Asia, pero otros opinan que estas tierras han de considerarse Europa, especialmente si se tiene en cuenta su desarrollo cultural. Así que, niños, el que nuestra ciudad haya de pertenecer a la avanzada Europa o a la atrasada Asia va a depender en parte de cómo os comportéis vosotros […] nos quedamos sin respiración ante ese saber tan profundo y ante el peso de nuestra responsabilidad.
La novela está contada desde el punto de vista de Ali y relata los impedimentos que esta pareja encuentra. A su vez, la ciudad de Bakú acapara el centro de atención. Un lugar en el que la diversidad parece abocar al conflicto pero que, por el contrario, resulta idónea para quienes viven a dos aguas.
Además de una épica historia de amor Ali y Nino resulta una lección de historia, conocimientos y tradiciones, así como un oasis para la reflexión sobre la identidad. Su narración cuenta pasajes preciosistas y reposados, así como, con luchas y venganzas inolvidables. Permite al lector acercarse a posturas ideológicas que tal vez no sean las suyas pero que desde el entendimiento y la convivencia hay que aprender a oír.
Publicada por primera vez en Viena en 1937 su autoría no está clara. Como se nos explica en las solapas de la edición de libros del Asteroide hoy por hoy se barajan dos nombres (Yusif Vazir Chamanzaminli o Lev Nussimbaum).
Controversias aparte se considera una historia de amor trágico, un clásico que llegó a nuestras pantallas hace nada y al que se rinden personas en todo el mundo, brindándole homenajes como el de las impresionantes estatuas de Batumi. Un hombre y una mujer que cada día, a la misma hora, se funden y separan en un mismo abrazo. Una obra inmortal.
Si quieres saber del encuentro monumental puedes verlo aquí.
«Amo las noches en mi azotea, el desierto y el mar. Amo esta ciudad, la vieja muralla y las mezquitas en sus callejuelas. Lejos de Oriente me ahogaría como un pez fuera del agua. En París yo sería tan desgraciado como mi Nino lo fue en Persia. Guardémonos en Bakú, donde Asia y Europa se entremezclan imperceptiblemente»
Emoción predominante: Admiración. Estamos influidos por nuestra cultura pero existen valores y emociones por encima.
Para cuando necesites viajar a lugares lejanos.
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El símil que encontraréis es el de los Romeo y Julieta de Oriente y Occidente.
14 Comments
Pues al viaje me apuntaba con los ojos cerrados y la mente abierta si no fuera porque está el conflicto en marcha y es un destino que ya sabes me cuesta media vida y encima no hace mucho estuve en Berlín. Pero la historia pinta tan bonita… Igual para más adelante. Y una cosa tengo que decir, me declaro fan del apartado «emoción predominante».
Besos de nieta sin coraje para ir a las batallas.
Pues yo no recordaba haber leído nada en este contexto. El conflicto viene de lejos, eso sí, pero me ha gustado. Dicen que probablemente sea autobiográfico (el problema es que no se sabe a ciencia cierta quien fue el autor). Si lo que te preocupa es sufrir, no es para tanto.., auqneu lo dejes en un quizás.
Qué alegría que te guste el apartado emoción predominante, es una de las cosillas que he decidido incluir 😉
Besos de abu escudo
No conocía el libro. Y me dejas con ganas de viajar, de aprender esta otra cultura distinta a la nuestra. Y de conocer esta historia de amor. Apuntadísimo!
Besotes!!!
Hola Margari
Al ver que estrenaban la película en septiembre lo rescaté de una lista de pendientes. Se considera un libro muy relevante de la zona de Azerbayán. Solo por la ambientación ya merece la pena empezarlo 😉
Un beso
¡Qué ganas de perderme en las páginas de este libro! No lo conocía pero creo que la historia me puede gustar. Tengo mucho pendiente, pero lo apunto para más adelante.
Los libros de esta editorial no defraudan nunca, ¿verdad? 🙂
Besos!
Pues apuntado queda para cuando encuentres el momento. Si te gustan las novelas con historia inclusive, es toda tuya.
El catálogo de Libros del Asteroide es para seguirlo de cerca, verdad verdadera 🙂
¡Besos!
Umm no sé madrina… No es una temática que me atraiga a primera vista la verdad. Lo dejo en reposo y al criterio del destino. Besos
Pues hay muchos libros… en el mar no pero en las estanterías. Mejor leer lo que apetece, te entiendo.
Un besote
Me parece que cuenta una historia inmortal, me la llevo anotada, no sólo por eso, si no por los puntos de vista que surgen de su lectura
Besos
Ya verás, si te gustan este tipo de novelas no te defraudará. Lo bueno de este tipo de historias es que si lo piensas, en los grupos en conflicto (sean cuales sean) suelen reproducirse las mismas controversias. La historia está condenada a repetirse :/
Besos
Casi me atrae más el contexto en el que se desarrolla la novela que la trágica historia de amor en sí. Me ha encantado la cita final.
Besos
Es lo interesante del libro, esa confrontación y el peso de la cultura para la toma de decisiones en nuestras vidas. Queramos o no influye. Entiendo lo que planteas, a mi me pasaba algo similar.
Besos
Me gusta lo que cuentas, pero creo que no como para leerlo con todo lo que tengo pendiente. la peli no será lo mismo, obvio, pero si se tercia, la veré. Un besote muy deuterofóbico.
No tengo muchas esperanzas puestas en la peli pero terminaré viéndola, claro. Bueno, ya conoces el libro, si algún día se despeja la pista sabes donde preguntar, jeje.
Un besote con los mismos síntomas